El recalibrado y engrasado del proyectil es un proceso obligatorio cuando fundimos nuestros propios proyectiles. Generalmente los moldes están diseñados para que las puntas obtenidas tengan un diámetro ligeramente mayor a una punta encamisada del mismo calibre, de manera que mediante el recalibrado o trafilado conseguimos las dimensiones exactas. Permite que cada tirador pueda customizar sus balas a la medida necesaria según sus preferencias o según las preferencias de su arma. Para efectuar este procedimiento , necesitaremos la máquina de recalibrar que con la amplia gama de variedad de diámetros de los dies del recalibrado se conseguirá la necesidad exacta del recargador.
Al mismo tiempo del recalibrado, la mayoría de los fabricantes, efectúan el engrasado de las puntas. La lubrificación o engrasado de las puntas se realiza mediante una grasa especial que forma una película entre el metal del proyectil y las paredes interiores del cañón. Esto reduce a un mínimo el plomeo del cañón.